La Administración para el Control de Drogas (DEA) y la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) tenía a José Efraín López Mendoza, líder de “Los Moreco”, en su lista de criminales más buscados, luego de ser acusado de traficar más de dos toneladas de cocaína a Estados Unidos. El grupo criminal de Costa Rica usaba sus conexiones con grupos de Colombia para importar cocaína antes de embarcarla hacia Guatemala, México y Estados Unidos.
Por Yuri Neves
Ciudad de México, 17 de agosto (InSight).- Las autoridades sometieron al mayor capo de “Los Moreco”, grupo narcotráficante único en Costa Rica que al parecer tiene nexos con el Cártel de Sinaloa de México.
José Efraín López Mendoza, alias “M-1”, fue detenido el 13 de agosto cuando se desplazaba en un vehículo por la autopista de San José, según reportó La Nación. Las autoridades dijeron que López Mendoza, quien se había teñido el cabello de rubio y se había dejado crecer barba para ocultarse de la policía, era el jefe del Movimiento Revolucionario de Crimen Organizado (Moreco), grupo narcotraficante creado en 2015.
La detención de Mendoza tuvo lugar cuatro meses después de que lograra evadir su captura durante varios operativos realizados en todo el país en el marco del seguimiento a su organización.
La Administración para el Control de Drogas (DEA) y la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) tenía a Mendoza en su lista de criminales más buscados, luego de ser acusado de traficar más de dos toneladas de cocaína a Estados Unidos. “Los Moreco” usaban sus conexiones con grupos de Colombia para importar cocaína antes de embarcarla hacia Guatemala, México y Estados Unidos.
Las autoridades costarricenses señalan que Mendoza tenía contacto directo con el capo mexicano Ismael Zambada García, alias “El Mayo”, quien ha estado a la cabeza del Cártel de Sinaloa luego de la captura y posterior condena de Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”.
ANÁLISIS DE INSIGHT CRIME
Puede que las autoridades hayan desmantelado “Los Moreco” con la captura de Mendoza, pero el grupo representa un nuevo tipo de amenaza para Costa Rica.
Por largo tiempo, el país centroamericano ha servido como punto de tránsito para los narcóticos en camino hacia Norteamérica, y las organizaciones locales han desempeñado un papel de apoyo en el trasiego. “Los Moreco” trabajaban de otra manera, pues realizaban sofisticadas operaciones de trasiego de drogas de forma independiente, y su jefe también tenía nexos con una de las organizaciones criminales más poderosas de México.
La superioridad de “Los Moreco” puede derivarse del deseo de los grupos criminales surgidos en Costa Rica de consolidar su participación en el tráfico de narcóticos, en parte aprendiendo de los carteles mexicanos. El exfiscal general Jorge Chavarría se refirió al fenómeno como la “mexicanización” de los grupos criminales costarricenses.
En 2015, por ejemplo, sicarios ticos viajaron a México para entrenarse como asesinos de los carteles. La adopción de los brutales métodos de los carteles mexicanos por parte de los grupos costarricenses también se tradujo en una oleada de violencia en 2017 y 2018, señaló Chavarría.
De hecho, Mendoza estaba tan decidido a seguir los pasos de los carteles mexicanos que formó el grupo siguiendo el modelo de los sanguinarios Zetas, usando el mismo patrón de autodenominación que aquel grupo. Walter Espinoza, director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), de Costa Rica, describió a “Los Moreco” como un grupo “profesional y estructurado”, con una “ideología y bastante cohesión interna”.
El grupo tenía incluso su propio lema: “honor, orgullo y lealtad”, agregó.
“Los Moreco” no son la primera agrupación de Costa Rica que tiene vínculos con el Cártel de Sinaloa. En 2016, las autoridades desarticularon una red narcotraficante que importaba cocaína desde Ecuador y Colombia antes de enviarla hacia México. El grupo tenía un sistema de trasiego que incluía bodegas clandestinas, muelles, guaridas y pistas de aterrizaje.
Con la continua fragmentación de las organizaciones criminales dominantes de México, grupos como “Los Moreco” tienen mayor margen de maniobra, lo que les permite actuar no solo como facilitadores, sino también como organizaciones aliadas.